Temas Poetas

Poemas de Amor

Jorge Luis Borges: 1964 (Ya no es mágico el mundo. Te han dejado)

I

Ya no es mágico el mundo. Te han dejado.
Ya no compartirás la clara luna
ni los lentos jardines. Ya no hay una
luna que no sea espejo del pasado,

cristal de soledad, sol de agonías.
Adiós las mutuas manos y las sienes
que acercaba el amor. Hoy sólo tienes
la fiel memoria y los desiertos días.

Nadie pierde (repites vanamente)
sino lo que no tiene y no ha tenido
nunca, pero no basta ser valiente

para aprender el arte del olvido.
Un símbolo, una rosa, te desgarra
y te puede matar una guitarra.

II

Ya no seré feliz. Tal vez no importa.
Hay tantas otras cosas en el mundo;
un instante cualquiera es más profundo
y diverso que el mar. La vida es corta

y aunque las horas son tan largas, una
oscura maravilla nos acecha,
la muerte, ese otro mar, esa otra flecha
que nos libra del sol y de la luna

y del amor. La dicha que me diste
y me quitaste debe ser borrada;
lo que era todo tiene que ser nada.

Sólo que me queda el goce de estar triste,
esa vana costumbre que me inclina
al Sur, a cierta puerta, a cierta esquina.

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Abril florecía: Poema de Antonio Machado en español fácil de leer

Rubén Darío: Abrojos

Lloraba en mis brazos vestida de negro,
se oía el latido de su corazón,
cubríanle el cuello los rizos castaños
y toda temblaba de miedo y de amor.
¿Quién tuvo la culpa? La noche callada.
Ya iba a despedirme. Cuando dije «¡Adiós!»,
Ella, sollozando, se abrazó a mi pecho
bajo aquel ramaje del almendro en flor.
Velaron las nubes la pida luna...
Después, tristemente lloramos los dos.

¿Qué lloras? Lo comprendo.
Todo concluido está.
Pero no quiero verte,
alma mía, llorar.
Nuestro amor, siempre, siempre...
Nuestras bodas... jamás.
¿Quién es ese bandido
que se vino a robar
tu corona florida
y tu velo nupcial?
Mas no, no me lo digas,
no lo quiero escuchar.
Tu nombre es Inocencia
y el de él es Satanás.
Un abismo a tus plantas,
una mano procaz
que te empuja; tú ruedas,
y mientras tanto, va
el ángel de tu guarda
triste y solo a llorar.
Pero ¿por qué derramas
tantas lágrimas?... ¡Ah!
Sí, todo lo comprendo...
No, no me digas más.

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Anastasio de Ochoa: Si no te acomodas

Si no te acomodas,
Lector, a mis veras,
Llámalas tonteras:
Ahi me las den todas
Que priven al juez de oficio
Sin perjuicio de la muita,
Porque en sumario resulta
Pilatos en su ejercicio,
Y de la ley con perjuicio
Haber hecho en un par de años
Más injusticias y daños
Que un hortelano hace podas:
AhI me las den todas.
Que don Bias el usurero,
Perdido por doña Pepa,
Cautivar su amor no sepa
Sino a fuerza de dinero,
Y asI en breve el majadero
Liegue a quedarse sin bianca,
Por dare con mano franca
Gusto en caprichos y modas:
AhI me las den todas.
Que se burlen a porf ía
De aquel pedante zoquete
Que a hablar cual sabio se mete
En puntos de geografía,
Cuando muestra cada dIa
Al hacerse la experiencia
De su geográfica ciencia,
No saber donde está Rodas:
Ahí me las den todas.
Que el otro tuno se quede
Sin Maniquita Ia bella,
Auncue más la ame, y sin ella
Diga que vivir no puede,
Sólo porque, si se excede
En su derretido ardor,
Hablando dl de puro amor,
Habla ella de puras bodas:
AhI me las den todas.
Q ue se tenga por poeta

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Acuerdate de mi: Poema de Carlos Augusto Salaverry en español fácil de leer

Federico García Lorca: Adelina, De Paseo

la mar no tiene naranjas,
ni Sevilla tiene amor.
Morena, qué luz de fuego.
Préstame tu quitasol.

Me pondrá la carne verde
-zumo de lima y limón-,
tus palabras -pececillos-
nadarán alrededor.

La mar no tiene naranjas.
¡Ay!, amor.
¡Ni Sevilla tiene amor!

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Gabriela Mistral: Adiós

En costa lejana
y en mar de Pasión,
dijimos adioses
sin decir adiós.
Y no fue verdad
la alucinación.
Ni tú la creíste
ni la creo yo,
«y es cierto y no es cierto»
como en la canción.
Que yendo hacia el Sur
diciendo iba yo:
«Vamos hacia el mar
que devora al Sol».
Y yendo hacia el Norte
decía tu voz:
«Vamos a ver juntos
donde se hace el Sol».
Ni por juego digas
o exageración
que nos separaron
tierra y mar, que son
ella, sueño y el
alucinación.
No te digas solo
ni pida tu voz
albergue para uno
al albergador.
Echarás la sombra
que siempre se echó,
morderás la duna
con paso de dos...
Para que ninguno,
ni hombre ni dios,
nos llame partidos
como luna y sol;
para que ni roca
ni viento errador,
ni río con vado
ni árbol sombreador,
aprendan y digan
mentira o error
del Sur y del Norte,
del uno y del dos!

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Salvador Rueda: Afrodita

Venus, la de los senos adorados
que nutren de vigor savias y rosas;
la que al mirar derrama mariposas
y al sonreír florecen los collados;

la que en almas y cuerpos congelados
fecunda vierte llamas generosas,
de Eros a las caricias amorosas
ostenta sus ropajes cincelados.

Ella es la fuerza viva, el soplo ardiente
de cuanto sueña y goza, piensa y siente;
de cuanto canta y ríe, vibra y ama.

En el niño es candor, eco en la risa;
en el agua canción, beso en la brisa,
ascua en corazón, flor en la rama.

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Ana Istarú: Ahora que el amor

Ahora que el amor
es una extraña costumbre,
extinta especie
de la que hablan
documentos antiguos,
y se censura el oficio desusado
de la entrega;
ahora que el vientre
olvidó engendrar hijos,
y el tobillo su gracia
y el pezón su promesa feliz
de miel y esencia;
ahora que la carne se anuda
y se desnuda,
anda y revolotea
sobre la carne buena
sin dejar perfumes, semilla,
batallas victoriosas,
y recogiendo en cambio
redondas cosechas;
ahora que es vedada la ternura,
modalidad perdida de las abuelas,
que extravió la caricia
su avena generosa;
ahora que la piel
de las paredes se palpan
varón y mujer
sin alcanzar el mirto,
la brasa estremecida,
ardo sencillamente,
encinta y embriagada.
Rescato la palabra primera
del útero,
y clásica y extravagante
emprendo la tarea
de despojarme.
Y amo.

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Era Un Aire Suave De Pausados Giros: Poema de Rubén Darío en español fácil de leer

EN EL ÁLBUM FÚNEBRE: Poema de Carolina Coronado en español fácil de leer

Mario Benedetti: Alguien

Alguien limpia la celda
de la tortura
que no quede la sangre
ni la amargura

alguien pone en los muros
el nombre de ella
ya no cabe en la noche
ninguna estrella

alguien limpia su rabia
con un consejo
y la deja brillante
como un espejo

alguien piensa hasta cuando
alguien camina
suenan lejos las risas
una bocina
y un gallo que propone
su canto en hora
mientras sube la angustia
la voladora

alguien piensa en afuera
que allá no hay plazo
piensa en niños de vida
y en un abrazo

alguien quiso ser justo
no tuvo suerte
es difícil la lucha
contra la muerte

alguien limpia la celda
de la tortura
lava la sangre pero
no la amargura.

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